Mi noche en Mazatlán

Luego de recorrer los hermosos puntos históricos que ofrecía Mazatlán, pensé que directamente me tendría que ir a descansar al hotel en que me hospedaba ya que no conocía mucho sobre la vida nocturna en Mazatlán. Pero luego de preguntar un poco pude adentrarme a lugares únicos, donde el recuerdo de una noche en este lugar fue una de esas cosas que siempre voy a tener presente.

Lo primero que me comentaron fue que en la primavera o springbreak como le dicen los norteamericanos, es la época de mayores visitas turísticas de estudiantes donde toda la ciudad toma un color de alegría y emociones fuertes y la palabra fiesta es lo más escuchado por todo el mundo aquí.

Caminando por la avenida Rodolfo T. Loaiza pude ver una hilera muy luminosa de bares, que como de costumbre estaban muy llenos, pero uno en especial me llamo poderosamente la atención, Joes’s Oyster bar es lo que yo estaba buscando, un lugar de lo más amplio donde la música era variada, desde ritmos tropicales, hasta pop. Había una mezcla sutil entre aperitivos, música y una gran promoción de 2 por 1 en bebidas o Happy Hour contínuo toda la noche, era un gran lugar para comenzar.

Luego de bailar y conocer a mucha gente de lo más graciosa, sentí que lo mejor era ahora ir a una disco o antro para poder bailar toda la hermosa noche que me México me regaló

Sumbawa sin dudarlo fue una experiencia única. Nunca me imaginé que un lugar así pudiese llegar a existir ya que la notable combinación de música en vivo, electrónica y mucha energía positiva sumada a la ocasión pudieran ser de la partida de ese lugar que cuenta con una pista en la mismísima playa. Si una va sola como fue en mi caso, la soledad dura poco porque aquí todos son bienvenidos a disfrutar en conjunto de un montón de actividades de baile comandadas por unos maravillosos animadores.

Imposible no conocer a nadie aquí. Alguien que no conoce mucho la zona te diría que te lleves algún abrigo para la noche, pero el calor humano es tan grande que realmente no es necesario para nada. Y si no podemos beber algo a buen precio en las distintas barras que ofrece el mismo establecimiento.

Llegué al amanecer observando este mágico lugar. Me dieron ganas de seguir explorándolo y estoy segura de que me seguiría sorprendiendo, pero estaba bastante cansada y la verdad pase maravillosamente bien. La noche de Mazatlán es realmente encantadora.

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