Barcelona, una arquitectura que enamora
A la hora de planificar las próximas vacaciones muchos son las aspectos a tener en cuenta: paisajes, arquitectura, cultura, gastronomía y accesibilidad. Barcelona combina todos estas cualidades por lo que se transforma en uno de los destinos ideales para visitar y recorrer de punta a punta gracias a las promociones que Delta Airlines tiene a disposición.
El urbanismo de la ciudad evolucionó desde la época romana y testigo de esto es el casco antiguo con el Cardo Maximus y el Decumanus que culminaban en el antiguo foro romano lugar que hoy es reemplazado por la plaza San Jaime. Las murallas de la calle Aviñón, Borne o Raval también son esbozos de lo que alguna vez fue y ya no es.
La historia arquitectónica como las columnas del templo de Augusto o el Monasterio de San Pablo del Campo, son obras que persisten en pie desde el imperio romano. Del período medieval se conservan piezas destacadas del arte gótico como la Catedral Santa Cruz, Santa Eulalia de Barcelona, la Basílica Santa María del Mar y la Iglesia Santa María del Pino con la torre campanario.
De la época medieval, el salón de Tinell, el Palacio del Lloctinent y el Palacio de la generalidad de Cataluña son acogedores, al igual que el Museo Picasso.
La actualidad también tiene su lugar gracias a las obras de suma calidad como el Hospital Santa Cruz, el Palacio de la Música catalana, la Casa Macaya, el Templo expiatorio de la Sagrada Familia, la casa Milá y el Parque Güell, obras de Antonio Gaudí el arquitecto modernista más reconocido y afamado.
Los parques también tienen su lugar en Barcelona: el Parque Güell, en el distrito Gracia, el Montjuic en plena montaña, el parque de la Ciudadela en el epicentro de la ciudad junto al Parlamento de Cataluña y el zoológico local.
El parque Diagonal Mar y el Parque del Fórum, cuna del Fórum Universal de las Culturas en 2004 o el Parque Central de Nou Barris completan los atractivos turísticos más destacables de la zona y los cuales serán conocidos producto de las promos aereas.
Las dos montañas locales se transformaron en miradores como el de Montjuic junto al puerto lugar que comparte junto al castillo militar que vigila la entrada a la ciudad desde el mediterráneo. El Tibidabo completa el otro mirador en la parte alta de Barcelona, a la cual se puede acceder vía tranvía o teleférico para disfrutar de la vista privilegiada del parque de atracciones homónimo y la Torre de Collserola.
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